Son cada vez menos los espacios escénicos dedicados  exclusivamente a un género escénico como, por ejemplo, el teatro, la ópera o la danza. La necesidad de rentabilizar las grandes inversiones que supone la construcción, equipamiento o mantenimiento de un centro obligan a los propietarios a ocuparlo el mayor número de horas posibles a lo largo del día.

En consecuencia, encontramos programaciones muy densas en las que puede verse lírica, música clásica, teatro infantil, presentación de productos, conferencias … coincidiendo tres o más eventos en una misma sala y en un mismo día. Conscientes de esta tendencia en la programación, resulta contraproducente diseñar espacios escénicos que  no contemplen esta multiplicidad de usos.

Sirva esto como aclaración previa al uso del término espectáculo para designar eventos de naturaleza no exclusivamente escénica a lo largo de este escrito.

Señalar igualmente que se contempla que estos eventos no tendrán porque celebrarse únicamente en un escenario sino que todo el edificio se entiende como susceptible de ser usado con este  fín. De ahí que en el estudio realizado sobre el programa de estos espacios, se consideren cuartos desvinculados a las zonas inmediatas a la escena.